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  • Foto del escritorGüeyitas 2018

Mi experiencia al entrevistar a un niño (por Jael Vega)

La entrevista con el niño estaba programada en la noche a partir de las 7 pm. Mi pareja me ayudo con el contacto, porque este es su primo, de nombre Lucas Bejar y con 5 años de edad. Anteriormente ya había hablado con Lucas, pero por breves momentos porque no suelo verlo tan seguido.


Llegamos a la casa de Lucas, ubicada en la urbanización Los Olivos en Los Ceibos, donde ahí tomó lugar la entrevista. Fuimos recibidos por los padres y sus hijos, pues Lucas tiene un hermano menor, Nicolas Bejar de 3 años. Lucas estaba listo y muy inquieto como siempre, algo normal en los niños.


“No sabía que trabajar con niños fuera tan difícil” Es lo pensé cuando terminó la grabación.

Lucas y yo nos sentamos en el sofá, mientras la mamá estaba supervisando, el papá llevó a Nicolas a otra habitación para evitar inconvenientes durante la entrevista mientas mi pareja se preparaba para grabar. Supuse que iba a ser una sola toma (que es lo normal), ya que nunca antes había entrevistado a un niño.

En la primera toma, mientras hacia las preguntas, Lucas se movía demasiado, a veces en vez de responder, se quedaba callado y hacia demasiadas muecas. Sin embargo, me sorprendió mucho lo honesto que puede ser un niño, es decir que él en particular no le gusta los perros y los gatos porque creen que le harían daño. También no siente alguna emoción o es indiferente al ver perros o gatos en la calle.


Tuvimos que volver a grabar por diferentes errores, pues con la mamá estando presente le explicó a su hijo cómo debe comportarse ante una entrevista y lo que debe responder en ciertas preguntas. Al grabar, Lucas modificó sus respuestas, dijo que le gustaban los perros. Sin embargo, supongo para Lucas al volver hacer la entrevista, se sentía cansado y hacia movimientos extraños con las manos como meterse los dedos en la nariz o en la boca y tuvimos que volver a grabar (siendo esta la tercera vez)


La tercera vez que rodamos la entrevista resultó mucho mejor, gracias a que se le mencionó a Lucas que tendría una recompensa junto a su hermano por comportarse bien (parte de esta recompensa era en parte para los padres como agradecimiento por su tiempo brindado). Dicha recompensa era llevarlos a Mc Donalds, donde jugarían, comerían y se divertirían. Al mismo tiempo, junto con mi pareja, fuimos niñeros de los niños por el resto de la jornada.


Ya después de aquella entrevista, que duro alrededor de 45 minutos, reconozco que fue muy agotador para todos. Aprendí que debo ser lo más paciente (en especial al trabajar con niños) y tratar de relajarme más para que el niño se sienta cómodo conmigo porque, como dije, Lucas y yo hemos interactuado pocas veces. En mi experiencia entrevistando, nunca lo había hecho con niños y, en lo personal, no me agrada mucho. Sin embargo, sé que en este proyecto debo aprender mucho de ellos si quiero que Güeyitas sea un éxito.

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